A continuación, te detallamos las preguntas más frecuentes a las que se enfrenta un emprendedor que quiere ser empresario en España y que intentamos resolver. Para más información no dudes en contactarnos.

¿Cuáles son los pasos para montar una empresa en España?

Montar una empresa en España implica una serie de pasos legales que debes seguir. A continuación, se detallan los pasos generales, aunque pueden variar ligeramente dependiendo del tipo de empresa que desees establecer (por ejemplo, una Sociedad Limitada, Sociedad Anónima, Autónomo, etc.):

  1. Certificado de Denominación Social: Si vas a crear una sociedad, lo primero es obtener un certificado del Registro Mercantil Central que acredite que no hay otra empresa registrada con el mismo nombre.
  2. Obtención del NIF Provisional y Alta en el Censo de Empresarios: Debes solicitar el Número de Identificación Fiscal (NIF) provisional para tu empresa en la Agencia Tributaria. Además, debes darte de alta en el Censo de Empresarios, Profesionales y Retenedores.
  3. Apertura de una Cuenta Bancaria y Aportación del Capital Social: Para sociedades, es necesario abrir una cuenta bancaria a nombre de la empresa y realizar la aportación del capital social mínimo requerido (3.000 euros para una Sociedad Limitada, por ejemplo).
  4. Escritura Pública de Constitución: Acude a un notario para realizar la escritura pública de constitución de la empresa. Esta escritura incluye datos como la identidad de los socios, el capital social, el domicilio social, y la actividad a realizar.
  5. Liquidación del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados (ITP y AJD): Aunque en la constitución de nuevas empresas suele aplicarse una exención, es necesario presentar el modelo 600 en la comunidad autónoma correspondiente.
  6. Inscripción en el Registro Mercantil: Debes inscribir la empresa en el Registro Mercantil de la provincia donde se ubique el domicilio social.
  7. Obtención del NIF Definitivo: Tras la inscripción en el Registro Mercantil, debes solicitar el NIF definitivo en la Agencia Tributaria.
  8. Alta en la Seguridad Social: Si vas a contratar trabajadores, debes inscribirte como empresario en la Seguridad Social y afiliar a tus empleados.
  9. Licencias y Permisos Específicos: Dependiendo del tipo de actividad, puede que necesites obtener licencias o permisos específicos (por ejemplo, licencia de apertura para un local comercial).
  10. Comunicación de Apertura del Centro de Trabajo: Si operas desde un establecimiento físico, debes comunicarlo a la autoridad laboral.
  11. Libros Oficiales y Contabilidad: Debes llevar una contabilidad ordenada, así como legalizar los libros oficiales en el Registro Mercantil.
  12. Protección de Datos y Otros Requisitos Legales: Asegúrate de cumplir con la normativa en materia de protección de datos, prevención de riesgos laborales y cualquier otra legislación aplicable a tu actividad.

Es importante tener en cuenta que este proceso puede variar en función del tipo de empresa y la actividad a desarrollar. Además, en algunos casos, como el de los autónomos, el proceso es más sencillo. Se recomienda siempre buscar asesoramiento profesional para asegurarse de cumplir con todos los requisitos legales y fiscales.

En España, existen varias formas jurídicas bajo las cuales se puede constituir una empresa. Cada una tiene sus propias características, ventajas y desventajas, especialmente en términos de responsabilidad legal, requisitos de capital, impuestos y estructura organizativa. Aquí están las más comunes:

  1. Empresario Individual (Autónomo): Es la forma más sencilla de iniciar un negocio. No requiere un capital mínimo y el empresario responde de las deudas con su patrimonio personal.
  2. Sociedad de Responsabilidad Limitada (S.L.): Es una de las formas más populares. Tiene un capital mínimo de 3.000 euros, y los socios tienen una responsabilidad limitada al capital aportado.
  3. Sociedad Anónima (S.A.): Adecuada para grandes proyectos, con un capital mínimo de 60.000 euros. Los accionistas tienen responsabilidad limitada y el capital se divide en acciones.
  4. Sociedad Laboral (S.L.L. o S.A.L.): En estas sociedades, la mayoría del capital debe ser propiedad de los trabajadores. Existen en formas limitada y anónima.
  5. Sociedad Comanditaria: Hay dos tipos: por acciones (S. Com. por A.) y simple (S. Com.). Se caracteriza por tener dos tipos de socios: comanditarios (responsabilidad limitada) y comanditados (responsabilidad ilimitada).
  6. Sociedad Cooperativa: Una asociación autónoma de personas unidas voluntariamente para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes a través de una empresa de propiedad conjunta y democráticamente controlada.
  7. Sociedad Civil: Formada por dos o más personas que aportan capital o trabajo con el objetivo de repartir entre sí los beneficios. No tiene personalidad jurídica propia y los socios responden de manera personal e ilimitada por las deudas.
  8. Comunidad de Bienes (C.B.): En esta estructura, dos o más personas son copropietarias de un negocio. No hay capital mínimo requerido, y los socios responden de las deudas de forma personal e ilimitada.

Cada una de estas formas tiene sus propias especificidades en términos de constitución, gestión, responsabilidades fiscales y obligaciones legales. La elección de la estructura legal adecuada depende de varios factores, incluyendo el tipo y tamaño del negocio, el número de socios, el capital disponible, y el nivel de riesgo financiero que los propietarios están dispuestos a asumir. Es recomendable consultar con un asesor legal o un experto en constitución de empresas para elegir la forma jurídica que mejor se adapte a tus necesidades y objetivos empresariales.

En España, existen diversas ayudas y subvenciones destinadas a fomentar el emprendimiento y facilitar la creación de nuevas empresas. Estas ayudas pueden variar dependiendo de la región, el sector de actividad, y el perfil del emprendedor. Algunas de las más comunes incluyen:

  1. Incentivos Fiscales y Bonificaciones: Existen diversas bonificaciones fiscales y en las cuotas de la Seguridad Social, especialmente para autónomos y para la contratación de empleados en ciertas condiciones.
  2. Ayudas para Autónomos: Muchas comunidades autónomas ofrecen ayudas para los nuevos autónomos, como tarifas planas reducidas para las cuotas de la Seguridad Social o subvenciones directas para el inicio de actividad.
  3. Programas de Financiación: Existen líneas de financiación específicas para emprendedores, ofrecidas por entidades públicas como el Instituto de Crédito Oficial (ICO) o ENISA (Empresa Nacional de Innovación).
  4. Subvenciones a la Inversión: Algunas administraciones ofrecen subvenciones para inversiones en activos fijos, como la compra de maquinaria o la reforma de instalaciones.
  5. Ayudas para Emprendedores Jóvenes o Desempleados: Programas específicos para jóvenes emprendedores o para personas en situación de desempleo que deciden iniciar un negocio.
  6. Ayudas para Empresas de Base Tecnológica y Startups: Subvenciones y apoyos para empresas que se dedican a la innovación y la tecnología.
  7. Programas de Incubación y Aceleración: Muchas incubadoras y aceleradoras ofrecen no solo espacio de trabajo y mentoría, sino también acceso a financiación y redes de contactos.
  8. Ayudas para la Internacionalización: Programas de apoyo para empresas que buscan expandirse en mercados internacionales.
  9. Ayudas Específicas por Sectores: Dependiendo del sector de actividad, pueden existir ayudas y subvenciones específicas (por ejemplo, para energías renovables, turismo, agricultura, etc.).
  10. Ayudas a la Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i): Incentivos para proyectos relacionados con la investigación, el desarrollo y la innovación.

Es importante destacar que estas ayudas y subvenciones suelen tener requisitos específicos y plazos de solicitud. Además, pueden variar cada año y según la comunidad autónoma. Por ello, es recomendable consultar las bases y convocatorias actualizadas en los sitios web oficiales del gobierno, tanto a nivel nacional como regional, y considerar la posibilidad de buscar asesoramiento profesional para la preparación y presentación de solicitudes.

Si realizas tu actividad en un lugar determinado, como un local comercial, una oficina o un establecimiento físico, además de los pasos generales para darte de alta como autónomo en España, es posible que debas cumplir con requisitos adicionales relacionados con el lugar donde desarrollas tu actividad. Aquí te indico algunos de los pasos adicionales que debes considerar:

  1. Licencia de Actividad: Es posible que necesites obtener una licencia o autorización municipal para operar en el lugar específico donde desarrollas tu actividad. Dependiendo del tipo de negocio y la ubicación, esta licencia puede ser requerida por el ayuntamiento correspondiente. Debes comunicarte con el ayuntamiento local para averiguar los requisitos específicos y solicitar la licencia si es necesario.
  2. Registro Mercantil o de Actividades: En algunos casos, especialmente si tienes una sociedad limitada (SL) o una sociedad anónima (SA), es posible que debas inscribir tu empresa en el Registro Mercantil correspondiente.
  3. Cumplimiento de Normativas Específicas: Asegúrate de cumplir con todas las normativas y regulaciones específicas para tu tipo de negocio y ubicación. Esto puede incluir requisitos de seguridad, sanitarios, medioambientales, entre otros.
  4. Pago de Tasas Locales: Dependiendo de la ubicación y la naturaleza de tu actividad, es posible que debas pagar tasas locales, como el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) u otras tasas municipales.
  5. Contrato de Arrendamiento: Si estás alquilando un local o espacio para tu actividad, asegúrate de tener un contrato de arrendamiento en regla y que cumpla con las condiciones necesarias.
  6. Seguros: Considera la posibilidad de contratar seguros específicos para cubrir riesgos relacionados con tu actividad y tu lugar de trabajo, como seguro de responsabilidad civil.
  7. Cumplimiento de Normativas de Accesibilidad: Asegúrate de cumplir con las normativas de accesibilidad para personas con discapacidad, lo que puede incluir la adecuación de tu local para cumplir con las leyes de accesibilidad.

Es importante consultar con las autoridades locales y que nos consultes para conocer los requisitos específicos de tu actividad y tu ubicación, ya que pueden variar de un lugar a otro y según el tipo de negocio que tengas. El cumplimiento de todas las regulaciones y requisitos locales es fundamental para evitar problemas legales y garantizar el funcionamiento adecuado de tu negocio.

Una PYME es una «Pequeña y Mediana Empresa». Este término se utiliza para clasificar a las empresas según su tamaño, que se mide generalmente por el número de empleados, el volumen de ventas o el balance general. Las PYMEs son una parte crucial de la economía de muchos países, proporcionando empleo, fomentando la innovación y contribuyendo significativamente al PIB.

Los criterios específicos para clasificar una empresa como PYME varían según el país o la región. Por ejemplo, en la Unión Europea, una PYME se define como una empresa que tiene menos de 250 empleados y un volumen de negocios anual que no excede los 50 millones de euros, o un balance general anual que no excede los 43 millones de euros.

Las PYMEs pueden operar en diversos sectores, desde manufactura hasta servicios, y a menudo se consideran fundamentales para impulsar la competencia y la diversidad en muchos mercados. También son reconocidas por su flexibilidad y capacidad de adaptación, lo que les permite innovar y responder rápidamente a los cambios del mercado.

En muchos países, las PYMEs reciben apoyo del gobierno en forma de incentivos fiscales, financiamiento, asesoramiento y acceso a recursos, reconociendo su papel vital en la economía y en la creación de empleo.

Sí, en España es posible capitalizar la prestación por desempleo para constituir una sociedad o iniciar un negocio propio. Este proceso se conoce como «pago único» o «capitalización del desempleo». Es una opción que permite a los beneficiarios de prestaciones por desempleo utilizar el monto total o parcial de estas prestaciones para:

  1. Inversión inicial para constituir una empresa: Puedes utilizar el pago único para aportar al capital social necesario para iniciar una sociedad o para otras inversiones necesarias para poner en marcha tu negocio.

  2. Pago de cuotas de la Seguridad Social: También es posible utilizar la prestación para cubrir las cuotas de la Seguridad Social como trabajador autónomo.

Para acceder a esta opción, debes cumplir con ciertos requisitos, como estar recibiendo prestaciones por desempleo y tener pendiente de recibir una cantidad mínima de pagos. Además, debes presentar un plan de negocio que será evaluado y aprobado por el servicio público de empleo.

Es importante tener en cuenta que esta opción implica renunciar a recibir las prestaciones por desempleo de forma periódica, ya que se recibirían de una sola vez para el fin específico de iniciar una actividad empresarial.

Te recomendaría consultar con el servicio público de empleo (SEPE) o con un asesor laboral para obtener información detallada y actualizada, así como para guiarte en el proceso de capitalización de la prestación por desempleo en España.

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